¿Un mundo complejo y caótico?

¿Un mundo complejo y caótico?
 

Si hay algo que nos resultaba evidente, incluso antes de la guerra de Ucrania, es que hemos entrado en una era de turbulencias, desastres y crisis de todo tipo. El miedo ha invadido nuestra sociedad y las organizaciones no se libran. Estamos embarcados en un carrusel infernal que nos pone la cabeza y el corazón patas arriba, dando lugar a mecanismos de negación, retraimiento y un deseo irrefrenable de bajarse, de dejar de jugar, de cambiar de trabajo, de cambiar de vida.

Como en las carreteras sinuosas y llenas de baches que recorremos, nuestro cuerpo, movido por las emociones, reacciona a veces hasta las náuseas. Varias definiciones, tanto literales como figuradas, arrojan luz sobre la noción de caos: un estado de enredo, una amalgama de objetos numerosos y heterogéneos; pero también algo que nos parece desorganizado, desordenado, confuso y, a veces, incoherente u oscuro.

Por lo tanto, como nos muestra la matriz siguiente, el caos está correlacionado con la incertidumbre. Cuanto más numerosas e inciertas son las interacciones entre los componentes de nuestro entorno, más aumenta la complejidad hasta convertirse en caos. Etimológicamente, complejidad significa "lo que se teje". La complejidad se compone de diversos elementos difíciles de desentrañar.

La crisis de COVID 19 nos ha dado una notable demostración de ello. Durante dos años oscilamos entre contextos muy complejos y caóticos. Mucha era la incertidumbre, y tantas las fuerzas interactivas presentes: la epidemia y sus múltiples variantes, el comportamiento de los ciudadanos, la industria farmacéutica y el desarrollo de vacunas, la capacidad de los hospitales en términos de camas y personal, las dimensiones económicas y sociales de la pandemia, etc.

Tasa de incertidumbre = Grado medio de incertidumbre de las distintas variables

La mayoría de nosotros crecimos en el siglo XX en un mundo complicado y cambiante, pero no tan incierto e interactivo como el actual.

Hemos aprendido a pensar en lo simple y en lo complicado, pero muy poco, a pensar y actuar en un mundo global, incierto y a veces caótico. No hemos aprendido a pensar en lo complejo.

¿Cuál es la diferencia? He aquí una respuesta de Edgar Morin: « Los componentes son diferentes, pero debemos ver el cuadro completo como en un tapiz. El verdadero problema (de la reforma del pensamiento) es que hemos aprendido demasiado bien a separar. Es mejor aprender a conectar. Para conectar, es decir, no sólo para hacer una conexión de extremo a extremo, sino para hacer una conexión en bucle ". Volveremos más adelante a las aplicaciones prácticas de esta vinculación para operar de este modo.

Una vez superado un umbral crítico de complejidad, un sistema cambia de estado mediante un régimen caótico. Los investigadores han descubierto que los ecosistemas naturales evolucionan a través de ciclos recurrentes de 4 fases: 1) crecimiento rápido, 2) estabilización, 3) liberación, 4) reorganización. En la fase 3, la resistencia del sistema ya no es suficiente para absorber las perturbaciones internas y externas que experimenta; su estructura decae y se rompe. La fase 4 es un periodo de caos en el que la incertidumbre es alta y todas las opciones están abiertas. En esta etapa, la creatividad, la innovación y la experimentación pueden generar una renovación del sistema. La posibilidad de colapso del sistema siempre está presente y el éxito nunca está garantizado.

Esto es lo que estamos viviendo desde principios de la década de 2020. Por lo tanto, un régimen caótico suele caracterizarse por el desorden social, político y/o económico, generando un estado de malestar y anarquía. Hay una confusión general de elementos antes de que se separen y se ordenen para formar un nuevo mundo.

¡Aquí vamos! Como explica Marc Halévy, nos encontramos en una bifurcación: un paradigma de unos 550 años está terminando, otro está surgiendo dolorosamente. « El complejo proceso cambia de procesador como antes y después del nacimiento de su primer hijo. Todo proceso complejo está estructurado en torno a 5 dimensiones. Al cambiar estás 5, es cuando se produce el cambio de paradigma. La historia es una sucesión de paradigmas. Cuando uno comienza a declinar, otro empieza a surgir. Se cruzan en una zona de gran turbulencia, una zona caótica de cambio. »

Las 5 dimensiones identificadas desde hace años por Marc Halévy y su equipo son las siguientes:

  • 1ª ruptura: ecológica

Imaginar que un planeta finito puede proporcionar recursos infinitos es una herejía matemática que, sin embargo, ha persistido durante siglos. El crecimiento exponencial de la población, combinado con una era industrial de gran producción, está empezando a generar una escasez estructural de recursos. No se trata sólo de producir de forma diferente, sino de consumir menos. Nuestro primer reto es, pues, el de la frugalidad. 

Añadamos a esto las cuestiones que los informes del IPCC y otros grupos científicos nos presentan periódicamente con el telón de fondo del calentamiento global y la sexta extinción masiva, y sus consecuencias dramáticas para los habitantes de nuestro planeta: fenómenos meteorológicos extremos, epidemias, desplazamientos forzados de población, crisis alimentarias, económicas y políticas, nuevos conflictos armados, etc. Por desgracia, el futuro previsto es ya nuestro presente.

  • 2ª ruptura: tecnológica

La revolución digital trae su cuota de nuevas aplicaciones lúdicas, con peligros asociados: adicciones, contaminación digital y "fake news". La segunda generación de robots está lista. En los próximos 10 años en Europa, cerca del 40% de los trabajos serán realizados por robots. La inteligencia artificial y las nuevas técnicas, en parte relacionadas con la transición ecológica, han comenzado a generar la desaparición de muchos puestos de trabajo y la aparición de otros nuevos. Nuestro segundo reto es, pues, el de la inteligencia tecnológica.

Afortunadamente, según Marc Halévy, "ciertas actividades no pueden ser robotizadas o algoritmizadas: las que operan en la incertidumbre, las que requieren una comprensión global, las que exigen creatividad e improvisación, las que son cualitativas y emocionales, las que requieren intuición e imaginación. ¡Habilidades muy humanas que hay que potenciar o desarrollar!

  • 3ª ruptura: sociológica

Como hemos visto, cuanto más enmarañado es un sistema humano, más numerosas son las interacciones entre sus actores. Nuestro mundo es cada vez más complejo, por lo que la presión externa es cada vez más fuerte. Sin embargo, un teorema probado, nos enseña que un sistema sólo puede sobrevivir a la complejidad de su entorno externo, si su grado de complejidad interna es al menos igual de alto.

La organización jerárquica tradicional de las empresas se basa en una estructura de arborescencia lineal, más conocida como pirámide, que minimiza el número de interacciones y, por tanto, el nivel de complejidad interna. Este sistema funcionaba en un mundo predecible, lineal y estable, pero ya no se adapta a un mundo incierto e inestable. Así pues, la revolución sociológica y organizativa de las empresas e instituciones está en marcha desde hace unos veinte años. Está generando estructuras más planas y celulares, compuestas por equipos y empleados más autónomos.

Nuestro tercer reto será, pues, vivir en comunidades orgánicas y ágiles que se realicen, a través de emergencias colaborativas, según los principios de subsidiariedad y solidaridad. Este es un reto evidente para algunos líderes, empresarios y otros directivos que están acostumbrados a ordenar y decidir en lugar de apoyar y guiar.

Además de esta ruptura organizativa, el trabajo remoto e híbrido se ha convertido en la rutina diaria de muchos de nosotros. El paradigma de la unidad de lugar y tiempo se ha roto. Los límites entre empleados, subcontratistas y contratistas son cada vez más difusos. Más allá de la evidente tendencia a la "uberización" del trabajo, las trayectorias profesionales se diversifican, alternando entre el sector público y el privado, el empleo asalariado y el trabajo por cuenta propia o el emprendimiento.

  • 4ª ruptura: económica

Según Marc Halévy, la economía real se ha convertido en sierva de la locura especulativa. Estamos de nuevo bajo la amenaza de burbujas colosales a punto de estallar. En el contexto del cambio de una estrategia de inversión material a una inmaterial, la lógica de las economías de escala ya no se aplica.

Más allá de la inflación que, en parte, está estructuralmente correlacionada con el agotamiento de las materias primas y, en parte, con la guerra de Ucrania, nos enfrentamos a una ruptura económica basada en la transición de una economía de masas y de precios, hacia una economía de inteligencia y de valor. En este contexto, nuestro 4º reto consistirá en afrontar la no-calidad de todo, para conseguir el virtuosismo profesional a través de los valores de uso.

  •  5ª ruptura: etológica

Por último, en gran medida como consecuencia de las rupturas anteriores, observamos un movimiento que se aceleró durante la crisis de Covid, consistente en el paso de "tener éxito profesional en la vida" a "tener éxito en el vivir".

Jérémie Peltier, de la Fundación Jean-Jaurès, va más allá: "Hemos pasado de hacer carrera, a tener éxito en la vida, y de tener éxito en el vivir, a cuidarnos".

Este 5º reto nos invita a enfrentarnos al vacío de sentido, a liberarnos del materialismo y del egocentrismo. Nos empuja a pasar de una lógica de éxito social o íntimo, a una lógica de autorrealización al servicio de lo que nos supera. Así, muchos de nosotros ya hemos optado por favorecer una razón de ser altruista o social frente a una lógica de enriquecimiento insaciable.

5 revoluciones, 5 bifurcaciones, que ya están generando el caos en nuestra vida personal y profesional, y que parecen destinadas a aumentar en los próximos años.

Tanto si eres empleado, empresario o directivo, los artículos que vienen te ofrecerán una inmersión en estas turbulencias que se presentan en nuestras vidas y soluciones para superarlos con la mayor serenidad y éxito posibles. 

 

Florence Hunot Cortésmica

 
Florence HUNOT